martes, 29 de enero de 2008

Trances: Mitologías de Latinoamérica






La intertextualidad consiste en construir puentes de sentido entre diferentes universos representativos. Ver lo que hay del otro lado del río. Buscar los motivos recurrentes en la literatura a través de su historia, y su recorrido por diferentes geografías y culturas.El material escogido para la dramatización está conectado con este propósito didáctico, encaminado a la construcción de la identidad a partir de textos literarios que conserven imaginarios orales. Emergen desde diversos escenarios de nuestra historia. Para así lograr una reconstrucción de la misma, narrada desde varios lugares y circunstancias. Diferente a la historia convencional, lineal y hegemónica que siempre se ha enseñado en las escuelas como la versión oficial.Desde una perspectiva crítica, nos acercamos a unos narradores colombianos que nacen de la tradición oral, que se reinventa y se conserva como fuente historiográfica a través de la escritura, ya que hay comunidades ajenas a la cultura ilustrada, cuya historia no está documentada, siendo la oralidad un recurso valido en la reconstrucción de su historia. Escogimos tres voces de narradores distintos que hablan desde diferentes perspectivas.Los primeros dos textos retomados de Etnopoesía del agua: Amazonía y litoral pacífico, Editado por Nina S de Friedemann y Hugo Niño. Bogotá. Colección Primera Puerta. 1997.Este libro fue escrito por un colectivo de antropólogos, científicos, artistas plásticos y literatos que unieron sus perspectivas para buscar soluciones a la problemática social, económica, política y cultural de nuestro país, indagando en la sabiduría intrínseca en las tradiciones orales de nuestras etnias, para así considerar alternativas consecuentes con todos nuestros grupos humanos y su cosmovisión. Por eso este libro nos animó a representar sus historias en la XIII Feria del Libro del Pacífico.Para iniciar, buscamos unas formas literarias originadas desde los primeros pobladores de América. Cuyo tratamiento estético del lenguaje, incluye ritmos y coros como parte de la narración, sonidos, gestos e interlocución entre el narrador y sus escuchas. Por eso en su adaptación al lenguaje escrito se pierden estos componentes, que nosotros buscamos retomar mediante el teatro. Del texto Etnografía y literatura en el fin de las oposiciones Hugo niño nos presenta un canto ritual Amazónico, se trata de una mujer Achuar que camina hacia su huerto cantando:Siendo una mujer Nunkui Achuar,Voy llamando lo comestible a que exista.…Después de mi paso, ellas siguen naciendo.Las raíces del Sekemur se han vuelto frutos.…Voy llamando lo comestible a que exista.Detrás de mí. Contestando mi llamada,él sigue naciendo.
La palabra como aliciente para llamar a la vida lo comestible. La palabra como acción- movimiento mientras la mujer agricultora entra a su huerto. Sus pasos tocan la tierra con su canto. Consiente de lo que va a despertar en cuanto avanza. Consiente de la naturaleza que se sigue transformando detrás de sus pasos.Conectamos este canto Achuar, con una leyenda de la costa pacífica Que don Víctor Mena, medico raicero del Alto Baudó en el Chocó, compartió con el antropólogo Javier Moreno Moreno, que a su vez la integró a su ensayo La fiesta del silencio: Poética Afrocolombiana:
Allá abajo en el fondo, debajo del río y de la quebradahay un gran mar con muchos peces grandes.Allá abajo habita una culebra muy grande,La gente de por acá la llama “serpia”Ella tiene siete vidasElla muda siete veces de lenguaCuando esto sucede se mueve todoPasan a veces silencios (movimientos telúricos),El río se mueve mucho y nos inundamos. La lengua que bota la serpiaCuando muda de lenguaEs de buena suerte,Eso dice la gente que la recoge.Esta lengua se encuentra en las quebradas pequeñas,La gente le gusta recogerlasCuando va por allá a lavar la ropa.La suerte que trae la lenguaVaría por lo grandeSi es grande la lenguaEs de gran suerteSi es pequeñaEs de poca suerteAquí encontramos una visión de la geografía: El litoral pacífico como una gran serpiente que se extiende desde Chocó hasta Nariño batiendo las aguas. Directamente vinculada con la vida humana, no solo por la pesca y las inundaciones sino porque en las lenguas que bota está escrito el destino de la gente que las recoge. La naturaleza es un gran libro en donde está escrita la vida, solo hay que prestar atención y saberlo leer. Hay mensajes para nosotros en las vísceras de los animales, en la forma de las raíces, en el vuelo de las aves, en el movimiento de las piedras, en las huellas de nuestras manos, las huellas que va dibujando el tiempo en nuestro cuerpo. Nada ocurre por casualidad. Prestemos atención a las señales, que en cada palmo de naturaleza hay alguien que nos habla, que nos guía, que nos advierte.De antiguas poéticas africanas provienen estas formas de lectura de la naturaleza que entre mas estudiamos, entramos en conciencia de lo absurdo que es limitar la escritura a un único sistema simbólico, conectamos este mito con el oráculo de los caracoles: una forma de lectura basada en las letras que arrojan los caracoles cuando son leídos con propósitos de adivinación. Los caracoles llevan y traen mensajes ancestrales de ese mar que abraza a Africa con América.
Indagando en el origen del Jogo de Obbi, llegamos al mito de Obbi, (coco seco), recopilado por Andrés R.Rogers en su libro Los Caracoles historia de sus letras.De este modo surgió la idea de devolver estas lecturas a un contexto oral. Además de otras leyendas que surgieron en el camino, como los duendes chucarreros, la sota de bastos con sus labios rojos y el chivo que Diego y yo nos llevamos al cafetal.
Catalina Garcés Martínez

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